ALBOROTO EN EL AULA


 Ese mismo día salió de su casa y se dirigió a una papelería y le saco copia a cada una de las hojas del director para quedarse con ellas, porque al día siguiente tenía que devolverle los portafolios al señor Tadeo Yolza. Al día siguiente Gerardo se levantó muy temprano y llegó a la escuela antes que el director y la secretaria; se dirigió a la oficina y puso el portafolio encima del escritorio y salió de ahí lo más rápido que pudo y se fue a su salón de clases. Gerardo relata que ese día el profesor Ricardo llego muy tarde como de costumbre, y que intento controlar todo el alboroto que había en el salón, pero que nadie le hizo caso y fue abucheado. El director entra al salón y lo encuentra hecho un alboroto y se puso a pensar que si él no podía solucionar eso no veía el motivo para que el tuviera el cargo de director en la escuela. Después comenzó a llamar la atención de todos los alumnos, les comenzó a platicar y les dio una lección de vida: las ocho actitudes de alguien que no es aceptado. Y eran las siguientes:
1. Se retrae para convertirse en un ser callado, tímido y huidizo. 
2. Hace bromas, chistes pesados o protagoniza agresiones, siempre escondido entre los demás.
3. Tiene una marcada tendencia a hablar de sí mismo y no es capaz de escuchar a alguien sin pensar a la vez en lo que contestará para seguirse vanagloriando.
4. Adopta actitudes fingidas y acomodaticias. Para ser aceptado aparenta ser lo que no es y dice pensar lo que no piensa. 
5. Es tímido y servil con los poderosos y autoritario y burlón con quienes cree tener poder.
6. Se auto etiqueta en casi todo. Con frecuencia se clasifica diciendo "yo soy de las personas que..." 
7. Se preocupa excesivamente por su apariencia física. 
8. Critica constantemente a los demás. Gerardo se identificó con los ocho puntos y él estaba muy seguro de que nadie saldría de ahí sin haber aprendido algo.

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